La posibilidad de medir el rendimiento de manera objetiva es uno de los pilares sobre los que se debe construir el plan de entrenamiento del ciclista. La realización de los diferentes tests que aquí se proponen cumple los siguientes objetivos:
Evaluar la efectividad de los entrenamientos realizados mediante la comparación de los resultados obtenidos antes y después de cada ciclo de entrenamiento. Establecer la intensidad a la que se deben realizar los entrenamientos.
Usar los tests como miniobjetivos dentro de la temporada.
Son muy motivantes para el ciclista, ya que suponen un reto que debe superar y un motivo más para entrenar duro. Es bastante frecuente que los ciclistas sean los primeros interesados en medir cómo están. Para ello, es muy habitual que se cronometran haciendo cualquier puerto que tengan cerca de casa.
Este tipo de test tiene la ventaja de ser muy sencillo, ya que no requiere muchos preparativos ni instrumentos. Pero también tiene varios factores que pueden enmascarar el resultado, principalmente el viento, la temperatura e incluso la presión de las ruedas. Aun así, es un test muy directo y bastante objetivo.
En este sentido, se debe aclarar que, para que este tipo de test sea suficientemente válido, la pendiente del puerto debe ser lo bastante inclinada como para que el ciclista no vaya a más de 18 km/h durante el test. ¿Por qué 18 km/h? Para tratar de eliminar el factor de la aerodinámica en el resultado del test, ya que a partir de estas velocidades la posición del ciclista sobre la bici empieza a influir en términos de resistencia al aire. Aun así, este tipo de tests sólo se debe realizar en días sin viento.
En términos de tests y de evaluación del rendimiento, debemos diferenciar los tests que se pueden realizar en laboratorio de los tests que es posible hacer en nuestra propia bicicleta. Pruebas de esfuerzo o tests en laboratorio Cualquier ciclista que se disponga a entrenar con un cierto grado de dedicación debería hacerse una prueba de esfuerzo completa en un centro acreditado al menos una vez al año. Las pruebas de esfuerzo en laboratorio se hacen con los siguientes objetivos:
Descartar cualquier patología cardiaca para la cual esté desaconsejada la práctica deportiva de forma intensa.
Evaluar de forma objetiva y científica el rendimiento mediante los instrumentos y protocolos establecidos. Los datos más útiles y significativos que se deberían extraer de una prueba de esfuerzo son los siguientes:
Electrocardiograma en esfuerzo para descartar patologías cardiacas.
Consumo máximo de oxígeno. A ser posible, hallado mediante medición directa con un analizador de gases.
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